Nunca el despreciable y típico castigo de escribir 500 veces en la pizarra lo que has hecho mal fue tan fácil y ameno.
¡Buen intento!
Nunca el despreciable y típico castigo de escribir 500 veces en la pizarra lo que has hecho mal fue tan fácil y ameno.
¡Buen intento!